LEON
AUTORES
Arricar Juan Cruz
Landagaray Raúl
COLABORADORES
Antista Milagros
Gemin Ivanna
Guatelli Julieta
UBICACIÓN
Chapadmalal
Mar del Plata
SUPERFICIE
Terreno: 809 M2
Cubierta: 170 M2
Semicubierta: 47 M2
AÑO
2023
Chapadmalal es el sitio donde se emplaza esta vivienda.
El solar de 19 metros de frente por 40 metros, está ubicado a solo unos metros de la playa y el arroyo.
La vivienda se proyecta como un volumen único de perímetro libre, capaz de cerrarse por completo.
El respeto por el paisaje que la circunda es premisa fundamental en el diseño, como así también la elección de los materiales de piedra y madera, para obtener una vivienda que parezca estar allí desde siempre, charlando con la naturaleza que la rodea.
En planta baja, un gran espacio contenedor que integra el estar, la
cocina y el comedor, se funde con las expansiones, tanto hacia el
fondo como hacia el lateral del lote, siendo el escenario de reuniones y momentos de disfrute.
La idea de introducir la naturaleza en el proyecto como un elemento más de arquitectura está en cada rincón.
La planta alta, compuesta por tres dormitorios, un estudio y una gran terraza que permite admirar las visuales, termina de conformar el volumen de piedra y madera.
Finalmente, el espacio exterior, con la pileta y el rincón de fuego, le brinda el carácter final a este refugio de playa, donde la conexión con la naturaleza es sagrada.
En la casa donde el tiempo se desvanece,
disfruto de instantes que no tienen fin,
en sus muros y rincones, el tiempo perece,
y en mi refugio eterno encuentro jardín.
En cada habitación, un susurro de calma,
donde los minutos se desvanecen en el aire,
me sumerjo en la inexistencia del alma,
y en cada instante, un universo puedo crear.
Las paredes se llenan de memorias y sueños,
los relojes enmudecen su tic-tac constante,
las risas y los suspiros flotan en ensueños,
y en mi morada, el tiempo es un amante.
En la sala, entre libros y serenidad,
el tiempo se convierte en una ilusión,
me sumerjo en la eternidad de la realidad,
y en mi casa, encuentro la plenitud de la canción.
En la cocina, los aromas perfuman el presente,
el tiempo se diluye en sabores y encuentros,
los sabores y las risas se vuelven un regalo latente,
y en mi morada, el tiempo se queda adentro.
En el jardín, la naturaleza cobra vida,
las estaciones bailan sin pausa ni medida,
el tiempo se detiene, se pierde en la salida,
y en mi hogar, la eternidad se hace nítida.
Así, en la inexistencia del tiempo, me deleito,
disfrutando en mi casa, la eternidad en su esplendor,
cada instante se vuelve un tesoro perfecto,
y el tiempo, en su ausencia, es solo un rumor.
